Los huertos ecológicos están cada vez más de moda. Lo “ecológico” y lo “orgánico” han entrado en nuestras vidas para quedarse, y resulta habitual que salga en las conversaciones: que si los alimentos ecológicos son mejores, si los otros son malísimos para la salud, que los ecológicos son más caros, etc… Una guerra de blancos y negros en la que los grises se descartan automáticamente. A veces el debate ecológico versus tradicional se plantea como si fueran dos opciones mutuamente excluyentes cuando no necesariamente tiene porqué ser así.
¿Qué huerto es mejor, el convencional o el ecológico?
Pues depende, como diría un gallego.
Tanto los huertos tradicionales como los ecológicos tienen sus ventajas e inconvenientes, y su razón de ser en determinadas circunstancias. En un pequeño huerto doméstico, o en uno escolar, en los que prima la experiencia personal frente a la productividad, hay pocas plantas que cuidar, mucho niño andando por ahí y poca o nula formación en el uso de productos fitosanitarios, lo mejor es optar por hacerlo «ecológico». De todas maneras, realmente, la agricultura convencional no está en las antípodas de la ecológica, cada vez busca más la sostenibilidad, reducir el uso de productos fitosanitarios, cuidar el suelo, ahorrar agua, etc… la agricultura de conservación y la producción integrada son dos buenos ejemplos de ello.
- Productos de mayor calidad y más sabrosos
- Menos gasto de agua y fertilizantes
- Sostenible con el medio ambiente
- Pueden integrarse en un proyecto educativo
- Su aspecto no es tan atractivo
- El resultado puede ser más caro de lo que parece a primera vista
En cuestión de salud, todavía no hay evidencia científica clara de que los productos ecológicos sean especialmente más saludables. Sus defensores dicen que son más sanos y naturales, porque no tienen «químicos». Asumiendo que se refieren sobre a «sustancias obtenidas por síntesis química», efectivamente su uso está prohibido. Conviene recordar que la agricultura y ganadería convencional tienen también muchas sustancias prohibidas o de uso limitado, por ejemplo, hormonas y que cuando se utilizan los mal llamados «pesticidas» ha de hacerse de tal manera que los residuos que queden no superen un determinado valor, considerado seguro por las autoridades científicas.
Muy posiblemente influyan más ciertos hábitos, por ejemplo: te pasas a lo ecológico por miedo a los «pesticidas» en frutas y verduras supuestamente presentes en las convencionales, al ser más caras acabas comprando, y por tanto consumiendo, menos cantidad de fruta y verdura fresca, que sí se sabe que es muy necesaria.
Tampoco se ha demostrado que los productos ecológicos tengan mejor sabor, aunque es más posible que ocurra, ya que el reglamento europeo de producción ecológica marca una serie de pautas que ayudan a que un producto sea más sabroso: raza o variedad autóctona, crecimiento lento, etc. A menudo depende más del mimo con el que se ha tratado el producto que de ir etiquetado como ecológico.
En todos los casos, sea cual sea el tipo de huerto en el que trabajemos, el conocimiento adecuado de las especies producidas es fundamental. Y aquí queremos compartir contigo todos esos conocimientos para hacer de tu huerto un auténtico paraíso.
Cuatro características de los tratamientos ecológicos para el huerto
¿Cuáles son los mejores tratamientos ecológicos para el huerto? Existen infinidad de tratamientos para cada problema en el huerto. Hay tanta variedad, que al principio puede ser complicado escoger uno u otro y acertar con el tratamiento más adecuado. Yo hoy te voy a dar un listado de los 4 tratamientos que considero imprescindibles para el huerto urbano.
Pero, si te apetece experimentar, o por tu zona son difíciles de encontrar, deberías tener en cuenta que todo tratamiento para el huerto en casa debería cumplir con los siguientes requisitos:
Debe ser completamente seguro para personas y animales, cero toxicidad.
Vas a tocarlo a menudo, a trabajar en él, tu mascota meterá el hocico, allí es donde enseñarás al peque de la casa cómo crecen las plantas que después verá en sus platos. Lo quieres seguro no sólo a la hora de comer, si no durante todo su proceso de manipulación y disfrute. No quieres nada irritante, ni inflamable, mucho menos tóxico.
No debe tener periodo de seguridad.
La mayor parte de pesticidas de origen sintético requieren un tiempo desde su aplicación hasta que puedas consumir el producto. Intenta evitarlo a toda costa, es muy fácil olvidarse del día que has aplicado el tratamiento a los tomates en casa, y es una preocupación menos que tienes que tener. Busca tratamientos que no requieran periodo de seguridad.
No debe producir resistencias.
Los insectos generan resistencia a muchos pesticidas que actúan de forma química, se vuelven inmunes, de modo que pierden efectividad con el tiempo. Para que esto no ocurra, es importante utilizar tratamientos que actúen por contacto y de forma física, ya que el insecto no es capaz de generar resistencias. Será igual de efectivo el primer como el último tratamiento.
Elimina todos los tratamientos que no cumplan con estas características.
Aún así, tratamientos que las cumplan hay muchos, y a veces puede resultar difícil escoger. Por eso, he hecho una selección de los tratamientos que creo son los mejores para empezar. Los he escogido por ser fáciles de aplicar y porque entre los cuatro cubren la mayor parte de problemas del huerto. Son eficaces y tienen efectos beneficiosos secundarios para la planta o el suelo.
Si tuviese que reducir al máximo mi despensa de tratamientos, me quedaría con estos 4 elementos.
Los cuatro mejores tratamientos ecológicos para el huerto
Cómo ya he dicho antes, no son los únicos que existen, pero para mi, son los 4 que normalmente tengo siempre disponibles, y que cuando veo que se me acaba alguno repongo siempre. Me gustan porque, a parte de ser efectivos, ecológicos y seguros, tienen un valor añadido. Allá vamos.
Jabón potásico: tratamiento de choque para tratar cualquier problema con insectos.
Ya sea pulgón, cochinilla, moscas… vamos, cualquier bicho con 6 patas.
Es un insecticida ecológico que actúa por contacto, lo que quiere decir que solo afecta a aquellos insectos sobre los que aplicamos el tratamiento, dejando fuera de peligro a toda la fauna auxiliar (necesitamos a la abejas más que nunca, hay que protegerlas). Esto tiene otra ventaja, y es que el insecto no es capaz de generar resistencia, de modo que resulta efectivo tanto la primera vez que lo usas como la décima.
Ventajas:
- Tratamiento de efecto rápido y resultados en poco tiempo. El insecto muere por asfixia al entrar en contacto con el producto.
- La degradación del jabón potásico con el tiempo da lugar a nutrientes que son aprovechados por la planta. Es un dos en uno, eficaz contra plagas y su degradación con el tiempo sirve como abono.
- Se puede utilizar en todo tipo de cultivos sin peligro a sobredosis, ya que no resulta perjudicial ni tóxico para la planta.
- El jabón potásico es muy útil contra pulgón, cochinillas y mosca blanca tres de los insectos plaga más típicos de los huertos.
Aceite de Neem: el insecticida ecológico más potente
El aceite de neem es una sustancia que se extrae directamente del árbol con su mismo nombre. Es un insecticida ecológico ampliamente utilizado por su versatilidad y facilidad de uso. Para mí es particularmente importante y lo añado a la lista a pesar de que trata los mismos insectos plaga que el jabón potásico por dos motivos:
Primero: sirve como preventivo
Añadido al agua de riego repele a las polillas que pretenden instalar a sus descendientes glotonas en mis cultivos de otoño y verano: las orugas. Resulta mucho más sencillo prevenir que tratar un problema ya instalado.
Segundo: es más potente que el potásico
Aplicado en las hojas tiene un efecto más rápido que el potásico, con lo que resulta práctico para situaciones extremas. Sin embargo, si la situación no es muy grave, prefiero utilizar el potásico precisamente por este motivo.
Ventajas:
- Sus más de 25 componentes activos lo hacen el tratamiento idóneo para tratar a casi cualquier plaga. Entre estos activos se encuentra inhibidores de la alimentación, retardantes del crecimiento y activos con efecto repelente.
- El aceite de neem se puede incorporar como tratamiento preventivo y curativo en el agua de riego, reforzando el sistema inmune de la planta y repeliendo a las plagas cuando estas se alimenten de la planta.
- Otra virtud del aceite de neem su alta efectividad por contacto con la plaga. Esto implica que la plaga nunca podrá generar resistencias.Plagas comunes que se pueden tratar con el aceite de neem: nematodos, pulgón, trips, cochinillas, polillas, pulgas, gusano del maíz, escarabajo de la patata y un largo etcétera.
Cola de caballo
La cola de caballo es un fungicida ecológico muy famoso, uno de los más utilizados en la agricultura ecológica, es uno de los reyes indiscutibles para tratar hongos en el huerto como el oídio, el mildiu, la roya y la antracnosis. En época de lluvías torrenciales es fácil que aparezcan hongos, hay mucha humedad ambiental y el sustrato no llega a secarse del todo.
Consejos para su aplicación:
- Mantén la separación adecuada de las plantas
- Poda si es necesario para mantener la aireación
- Aplica cola de caballo de forma preventiva una vez a la semana. Además de atacar los hongos de forma efectiva, refuerza el sistema inmune de la planta e impide la entrada de bacterias y virus en su organismo.
Bacillus thuringiensis
El bacillus es el tratamiento específico más eficaz que existe contra las orugas.
Eso y una buena población de pájaros insectívoros. Cajas nido y comederos ayudan a atraerlos, apuesta por ello. Las orugas muchas veces no se ven, tienen la gran habilidad de parecer invisibles al ojo humano. Pero se reconoce fácilmente que han pasado por el huerto porque las hojas y los tallos aparecen comidos y con agujeros. El bacillus thuringiensis es una bacteria presente en la naturaleza, que actúa de forma específica y eficaz sobre las orugas. Es completamente seguro para fauna auxiliar y para las plantas. Por supuesto, no es tóxico para personas y animales.
https://youtu.be/ocRHmxTqxCs